Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), con sus 169 metas, son una guía y un imperativo ineludible para los próximos años. El futuro y sus posibles escenarios dependen de nuestro presente y de nuestro quehacer riguroso. De nuestro compromiso y nuestra manera de introducir un debate con acciones a corto y medio plazo. Todos y todas estamos convocados a hacer algo, a no dejar pasar este tiempo, nuestro tiempo de acción.

A las instituciones de educación superior nos corresponde de manera muy especial erradicar patrones del pasado y generar nuevas estrategias donde el corazón esté en el centro de la visión del futuro. Nuestra misión, ahora más que nunca, va más allá de la docencia en contenidos disciplinares. Tenemos la oportunidad de adoptar una gran misión: formar y formarnos para el cambio sostenible. Para ello necesitamos, al menos, tres vertientes diferentes: reflexionar en clave de futuro, renunciar a nuestros privilegios actuales y actuar en nuestro entorno cercano. A continuación, deberemos coordinarnos con nuestros entornos locales y exigir a nuestros gobiernos nacionales el cumplimiento de los compromisos adquiridos y el establecimiento de marcos normativos que nos estimulen en la consecución del cambio.

En este nuevo caminar tenemos que acelerar el paso, no podemos quedarnos atrás y para ello necesitamos pasión y voluntad. Pasión por dejar un mundo mejor en lo social y un planeta con capacidad de autosanación. Voluntad para superar las dificultades y proseguir, avanzar y alcanzar nuevos horizontes de futuro. Dejar el testigo, también, para que la próxima generación, nuestra juventud, sienta que no es el compromiso de una época sino que es un nuevo sentir en favor de la evolución sostenible de nuestro planeta y de nuestra ciudadanía.

La Universidad Autónoma de Madrid, como otras muchas instituciones, ha puesto en marcha una estrategia para la implementación de la Agenda 2030 y ha alineado todas sus políticas medioambientales e inclusivas. Iniciativas en las que venimos trabajando desde hace años y donde hemos sido una universidad pionera con los objetivos de la ONU. Nuestro compromiso ha quedado sellado y refrendado para orientar todas nuestras acciones, educación, investigación y transferencia, en un mismo rumbo. Tenemos un gran potencial, en nuestra comunidad tenemos capacidad para ensoñar el cambio con herramientas de reflexión y de conceptualización. Con tenacidad vamos a seguir generando un nuevo valor, el valor de un diálogo sin fronteras.

Fruto de este compromiso, acabamos de presentar la obra Agenda 2030. Claves para la transformación sostenible, en el marco del Acto de Clausura del 50 Aniversario de la UAM. Un volumen colectivo de Ediciones de la Catarata que cuenta con la participación de 16 expertos y expertas docentes e investigadores universitarios de la Universidad Autónoma de Madrid. En su conjunto podemos descubrir contribuciones con propuestas de escenarios de futuro en temas esenciales para el cambio que nos proponemos: democracia, seguridad y paz, género, salud, educación, migración y sostenibilidad económica y ambiental.

El volumen cuenta con un magnífico y bello prefacio de Federico Mayor Zaragoza, titulado Reflexiones para el futuro, en el que con la maestría que le caracteriza se nos advierte al inicio: “Ya disponemos de diagnósticos científicamente rigurosos. Ahora es apremiante la acción para inventar el futuro”.

Hoy, y no mañana, sin duda, tenemos muchas razones para abrazar el cambio, el que necesitamos, el que no tiene más tiempo de espera. En el umbral de nuestro 50 aniversario (UAM 1968-2018) tenemos que cambiar todas y todos juntos. Cruzamos nuestras manos y nuestras capacidades. Gracias por sumarte y por sumarnos al cambio. Necesitamos seguir en el cambio como hicieron todas y todos nuestros predecesores.